TRANSITAR POR LA VEREDA ES TODA UNA ODISEA
El
Informe documentó en esta oportunidad el estado de las veredas lo largo de todo el
macrocentro urbano. El resultado qué arrojó este seguimiento fue desalentador:
ni una sola cuadra, de esquina a esquina, posee aceras en óptimas condiciones.
En una investigación
profunda que realizó nuestro medio a lo
largo de todo el centro urbano de la ciudad, nos llevó a detenernos en el
deterioro extremo de las veredas; si bien este problema data de años, hoy
Cañada de Gómez aún sigue sufriendo el flagelo de no poder transitar libremente
por las vías correctas. Los datos extraídos en todo en territorio cañadanse
durante varias semanas fueron realmente estremecedores, puesto que no hay una
sola manzana en donde sobre sus cuatro cuadras tengan una sola vereda completa
sana, de esquina a esquina. Esto nos llevó a recordar que tampoco hay un solo
peatón en nuestra localidad que no haya tropezado o sufrido algún tipo de
accidente a raíz del penoso estado de nuestras sendas.
Las imágenes que
recopilamos en estos últimos días recorriendo los lugares más estratégicos de
la zona céntrica, nos revelaron que a los cañadenses nos acostumbraron a vivir
en esta situación hasta el punto de naturalizarlo. Si bien todos nos quejamos
del mal estado de las veredas, tampoco, como vecinos tomamos seriamente nuestra
propia responsabilidad, ya sea la de efectuar los reclamos formalmente o
mantener en condiciones las vías peatonales.
Sin embargo
acudimos a las oficinas municipales correspondientes en busca de las normas
establecidas para este tema específico; en un intento de acercarle a la
comunidad los derechos y deberes de todos los ciudadanos.
Según la ordenanza municipal Nº 4922 promulgada en febrero
del 2004 en la cual se establece la
modificación de la Nª 1991 en sus
artículos º69º, 71º del Código Municipal de Faltas donde se mencionan tanto
las normas de mantenimiento urbano, salubridad e higiene de la ciudad, como así
también el carácter estético de aceras y predios, además de las responsabilidades que deben asumir cada uno
de los actores involucrados (Vecinos y Municipio). Si bien el acondicionamiento
de las aceras es de suma responsabilidad
del frentista, también como dicta la legislación, “…es deber del Municipio mantener un ordenamiento en el cumplimiento de
estas normas, con el fin de evitar un agravamiento del problema”.
A pesar de esto,
las veredas de Cañada de Gómez son intransitables; el estado es deplorable ya
que presentan en su mayoría faltante de baldosas y en muchos casos éstas se
encuentran flojas o rotas; situación que provoca en infinidades de veces
tropezones y caídas; y hasta accidentes graves como quebraduras y esguinces.
Otras aceras estas en avanzado estado de abandono ya sea porque pertenecen a
terrenos o casas desocupados, donde la maleza, el barro y la acumulación de
líquidos las convierte en sitios peligrosos; sin mencionar los baldíos donde no
existen veredas y se acumulan residuos domésticos. El mayor factor de estas
roturas es el descontrolado crecimiento de las raíces de los árboles, pero
¿quién es el responsable y encargado de percance?
Ante todas estas
características que forman parte de los llamados Códigos de Convivencia,
podemos añadirle el complemento de las veredas de los callejones, inconvenientes
mayores en este ejemplo, puesto que las aceras son demasiado angostas y en
lugares específicos las sendas se encuentran en extrema situación de destrozo.
Como así también el abuso de las obras de construcción obstruyendo la totalidad
de las veredas dejando a la deriva al peatón; obligándolo a transitar por la
calle; provocando problemas con el
tránsito y hasta fatales accidentes.
Otro aspecto para
destacar aunque no menos importante que el resto, es la calidad y las
cualidades de las losetas que se utilizan a la hora de armar las aceras; puesto
que muchas veces los vecinos utilizan variedad de colores y texturas. Esto
acarrea problemas como resbalones y caídas debido que algunas veredas son
fabricadas con baldosas que no cumplen con las normas establecidas en el Código
de Edificación Urbana; como por ejemplo algunos ciudadanos enceran sus veredas
y otros directamente colocan baldosas que no poseen texturas antideslizantes.
Los colores también son un tema a debatir.
Las violaciones a
estas normas regidas bajo ordenanzas municipales; los artículos 128, 130, 131.1, 131.2 del Código de Faltas; exponen
a los frentistas a multas que van desde los $20 hasta los $ 1000 según la falta
cometida. Aunque el costo del mantenimiento o la colocación de las veredas es
casi imposible de sustentar por cada vecino, debido que los valores son muy
altos, provocándoles a los ciudadanos un
entorpecimiento hacia la estética de las aceras locales. Como podemos denotar
el dinero siempre es el “palo en la rueda para toda solución” y las veredas de
Cañada no cumplen su función.
Efectivamente el
ser humano ha evolucionada naturalmente hasta mutar sus aspectos físicos ante
la variable del ambiente en que se desempeña; como por ejemplo la desaparición
de sus premolares, el pulgar inverso y
la adaptación e incorporación de utensilios para su progreso social. En
este caso particular de las veredas y parafraseando a Charles Darwin en su
teoría de la evolución, aún los habitantes de esta ciudad no pudimos
desarrollar “alas” para poder recorrer las calles debido a que solo podemos
transitarlas volando. Creo que en este punto el naturalista inglés no pudo
encontrar el eslabón perdido.
ACCECIBILIDAD
Luego
de varios informes publicados por este medio en materia de accesos y desniveles
para personas con dificultades motrices; se ha provocado en toda la ciudad un
tema de discusión y debate acerca de estos métodos de integración. La reacción
del Municipio no se hizo esperar ya que la semana pasada la ciudad amaneció con
dos rampas muebles colocadas en dos de los accesos del Palacio Municipal. Si bien
no podemos asegurar que estén diseñadas bajo la reglamentación establecida por
la Ley Nacional Nº 23.314 modificación
de la Ley Nº 22.431, pero si podemos asegurar que se está tomando cartas en el
asunto luego de tantos años de desidia. Bienvenidas sean las rampas, aunque
todos los edificios, públicos y privados deberían imitar esta acción. Entonces
podemos preguntarnos: ¿Hace falta hacer público un reclamo histórico para que
se gestione en solo unos pocos días?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario... bienvenido a nuestro sitio... te esperemos pronto... y seguimos en contacto.