El martes 27 de junio por la tarde tuvo en la Plaza de la Vida, sobre Bv. Balcarse al 800; el Acto Homenaje por el 10º aniversario del fallecimiento del Padre Armando Amiratti organizado por la Asociación de Derechos Humanos de Cañada de Gómez, y la Fraternidad Por Una Vida Digna.
Por
Emanuel N. Soverchia
La
ceremonia comenzó con la bendición del
cura párroco Ernesto Fernández
junto a Néstor Negri, Vicario de la Parroquia San Pedro de nuestra ciudad, para
luego continuar con la palabra de sus organizadores Rúben Moreno y Hernán
Sarmiento, quien leyó un discurso de apertura por la Asociación D.D.H.H.;
además Marta Steiner y el Arq. Jorge Drab por la ONG Fraternidad por Una Vida
Digna; también el Sr. Gerardo Álvarez conmemoró haciendo un esbozo de la
historia del paso del Amiratti por la ciudad. Más tarde varios vecinos de la
ciudad dieron testimonio de vida junto al Sacerdote Tercermundista quienes
dieron como impronta el broche de oro a la velada tan emotiva; cerca de la
tarde noche del martes.
A
continuación se leyeron mensajes de adhesiones recibidos. Se recordó la figura
de Armando con palabras muy emotivas por gente que vivió esa pueblada y jóvenes
que siguen manteniendo la memoria viva del Padre.
Algunos
mensajes leídos en la Plaza:
Carlos del Frade: A fines de los años 80 y
principios de la devastadora década del 90, cada vez que llegaba a Cañada de
Gómez, me hablaban del cura Amiratti. Un hombre excepcional, me decían mujeres
y hombres que, indefectiblemente, mostraban tristeza. No comprendí ese
sentimiento hasta que hablé con varios testigos de la época y entonces me
contaron de su pastoral a favor de los empobrecidos y de la expulsión que
sufriera en 1969 por orden del arzobispo rosarino, Guillermo Bolatti, y
ejecutada por la policía provincial coordinada por el segundo cuerpo de
ejército. Hasta que a mediados de los años noventa, Cañada de Gómez decidió
traerlo para pedirle disculpas y declararlo ciudadano ilustre. Fue allí que
hablé con él en la casa de una pariente en Rosario. Conocí la dimensión humana y
política de un pastor que realmente era cristiano. Del compañero de caminos de
Angelelli hasta el final de su existencia cuando lo mataron en La Rioja el 4 de
agosto de 1976. Amiratti no tenía rencores pero sabía que su sacerdocio no
tenía nada que ver con el ponciopilatismo reinante en la mayoría de las
jerarquías católicas argentinas. Fue en esa charla que me regaló la frase que
el amor en su más alta dimensión siempre es político, es por los demás. No
quiso estar mucho tiempo por estos lugares del sur santafesino y se fue, una
vez más, a La Rioja. Amiratti es un símbolo de una Cañada de Gómez profunda,
rebelde, solidaria y humanista. Y es también la síntesis de una multitud de
cristos concretos y reales que se jugaron en contra de los crucificadores del sistema.
Por eso viene bien, siempre viene bien, recordar al padre Armando. Porque hay
que saber que para que la felicidad sea el derecho de todos y no la propiedad
privada de unos pocos hay que echar, de una buena vez, a los mercaderes del
gran templo de la vida colectiva. Salud al querido Armando y a los
organizadores de este acto. Carlos del Frade, Rosario, junio de 2015.
Así
lo expresó el concejal Fernando Mauroni,
el edil agradeció a los organizadores de este acto, “que es una manera de
mantener a Amiratti vivo en nuestra memoria”.
“Amiratti
estuvo en el centro de uno de los movimientos más grandes en la historia de
Cañada de Gómez, y es por esto que debemos recordarlo, pero sobre todo pregonar
su ejemplo de lucha, sacrificio y humildad”, expresó Mauroni.
Asociación
Biblioteca Popular “Pablo A. Pizzurno” - Cañada de Gómez, 27 de Junio de 2015. A Asoc. DDHH - Fraternidad por una vida Digna
En nombre de la Comisión
Directiva de la Biblioteca Popular “Pablo A. Pizzurno” manifestamos nuestro
adhesión al “Acto homenaje” por cumplirse 10 años de la partida del Padre
Armando Amirati. Figuras como la suya deben ser recordadas para mantener
siempre en movimiento la memoria popular.
Martha Perez Colaman
Campana por Armando
Este junio las campanas se
hicieron lágrimas
pero en su tiempo las campanas de
Pedro
repicaban gloria desordenando el
sueño de palomas
porque Armando alimentaba nenes
con poco más de cinco panes y dos
peces
Repicaban a gloria las campanas
cada vez que regalaba su abrigo,
cuando dulcificó a Lázaros
gruñones
con soplos de amor en sus oidos,
cuando nos mostró el prójimo en
nosotros,
cuidó vacunas y levantó
ladrillos.
Doblaron con tristeza las
campanas
porque después de caminar espinas
sin rencor y para cuidarnos,
prefirió el exilio.
Cambió chacras por montañas,
y en Olta se quedó,porque lo
quiso.
Aunque los que sufrieron desde
siempre te acompañen
y estés con tus amigos,
los mismos que hicieron de su
vida el Evangelio,
Armando, hombre bueno,
obrá el milagro para que no nos
gane el olvido.
Más alto que las campanas
repicando gloria,
Armando nos sonríe y sigue vive
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