Tras las denuncias
que se realizaron en este medio sobre el caso Maldonado referida al secuestro
de su automóvil más tarde desmantelado y destrozado dentro de un corralón municipal;
otro hecho similar se dio cuenta en las últimas horas. Dialogamos con los
damnificados quienes narraron el hecho.
Por
Emanuel N. Soverchia
Foto: Corralón Municipal - Cañada de Gómez |
Luego de que nuestro medio hizo
eco del caso de Román Maldonado, que al salir de un local bailable de nuestra
ciudad, se dispone a conducir su automóvil luego de haber bebido alcohol; es
intersectado por los operarios del Control de Alcoholemia; quienes le hacen
detenerse y Román accede a éstos sin provocar ningún tipo de problemas les
entrega las llaves del vehículo sin objeción alguna. Maldonado acepta su falta
y salda la proporcionada multa y empieza sin prejuicios a realizar todos los
trámites correspondientes para retirar su auto, aquel que había sido
secuestrado tras confirmarse que su conductor superaba el nivel de etílico por
sobre lo permitido. Cuando el dueño del rodado recibe el documento que lo
amerita para retirarlo del llamado Corralón Municipal; donde fue alojado, en el
predio ubicado detrás de la finca que utiliza la Guardia Rural “Los Pumas”; se
encuentra con la imagen más increíble que haya visto; su automóvil Fiat 147,
que había entregado en impecable estado voluntariamente al reconocer su error,
en ese momento estaba totalmente desmantelado y violentado. Tras pedir
explicaciones a los responsables y actores de la sustracción del automotor;
consulta a su abogado para intentar ser resarcido por el daño que presentaba en
tan solo 5 meses el vehículo. Luego de que la secretaria de Gobierno Carina
Mozzoni reconoció públicamente que el hecho había ocurrido tal como lo narró
Maldonado; jamás fue resarcido el daño al propietario del vehículo destrozado
en la dependencia municipal.
Este caso desató indignación ante
la opinión pública y despertó varias denuncias que llegaron a la redacción del
periódico, sobre casos similares que ocurrieron precisamente en nuestra ciudad,
dentro de las mismas dependencias municipales (corralones). Uno de esos
testimonios que recabó El Informe que se detalla a
continuación en dialogo con los damnificados que contaron su vivencia que sólo
les trajo mucho más que un dolor de cabeza.
En el 2014; Jorge Díaz, conducía
su automóvil Renault 6 color blanco dominio UYS 391 de regreso de renovar la
Oblea Verificación Técnica Vehicular; al llegar a la intersección de calles
Irigoyen y 9de julio fue colisionado por otro automóvil cuyo conductor oriundo
de la localiudad de La Plata viajaba hablando por teléfono celular.
Foto: Corralón Municipal - Cañada de Gómez |
“Fue en 2014 cuando chocaron a mi
marido y él había olvidado papeles de auto en mi casa; entonces la policía y un agente de tránsito
se lo sacó por se había olvidado papeles.
Primero llevaron el auto al callejón (ballesteros – dependencia
policial) uno días y después lo llevaron al corralón detrás de Los Pumas,
en Marconi y Callao” – explicó para este medio
Lorena, esposa de Jorge.
Días más tarde los propietarios
del vehículo secuestrado, tras abonar una multa de 1800 pesos se dirigieron al
mencionado corralón para retirar el automóvil; pero la escena con la que se
encontraron al llegar al predio fue desalentadora y atroz. Le habían sustraído
las cuatro ruedas; destrozados las ventillas, una de las puertas y presentaba
signos de violencia.
Comentó la esposa de Díaz: “En
ese lugar (corralón municipal) le habían abollado el techo y una semana después
fuimos verlo; ya le faltaba la rueda delantera y habían roto le vidrio y
faltaba el gato hidráulico; cuando fui a retirarlo ya no tenía ninguna rueda.
Entonces mi marido el hizo denuncia a policía y le dijeron que no iban a pagar
todo; así que le dieron 400 pesos aunque eran 4 mil pesos por todo lo que le
faltó al auto”.
“Tuvimos que comprar las ruedas
porque no tenía ninguna para poder sacarlo.” – manifestó luego la propietaria.
Foto: Corralón Municipal - Cañada de Gómez |
Por su parte, los dueños del
vehículo secuestrado, más tarde, desmantelado y destrozado dentro de la
dependencia municipal; no tuvieron más opción que deshacerse del automóvil. De
este modo lo marró su propietaria: “Mi marido tuvo que cortarlo y venderlo como
chatarra porque no servía más…”
Lorena expuso sus sentimientos y
dejó un mensaje muy claro a la comunidad, dijo: “Siento bronca porque me costó
comprarme el auto. Traten tener los papeles, aunque sea tarjeta verde, para que
no se lo saque la Municipalidad y termine como mi auto… lo que hizo la
Municipalidad está mal, ya que ésta sólo debería hacer la multa, pero no sacar
los autos”
Por ultimo; la noticia de la
situación actual del automóvil de Román Maldonado recorrió las redes sociales y
causó un impacto social que previno a los ciudadanos de este tipo de
singularidad. La negligencia a la cual fueron sometidos estos vecinos respecto
de sus vehículos alarmó a los cañadenses, pero también causó el desconcierto en
lectores de toda la zona; quienes manifestaron en sus muros de Facebook casos
parecidos a estos que contamos anteriormente.
Fuente: El Informe de la Ciudad.
Fotos: Emanuel N. Soverchia
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