CAÑADA DE GÓMEZ - Una vecina de la
zona sur de la ciudad quien convocó a nuestro
medio para contarnos su historia. Luego de quedarse sin vivienda
recurrió al Municipio en busca de solidaridad para comenzar de nuevo. Las
respuestas no fueron muy alentadoras.
Por
Emanuel N. Soverchia
Silvia S. tiene 38 años, la
situación que envuelve a la joven mujer es la representación de varios
cañadeneses que día a día deben luchar contra la realidad social que algunos
sectores pretender esconder o ignorar.
La vecina relató: “Yo estaba viviendo con mi hijo y mi nuera,
y al separarse ellos tuvimos que desocupar, puesto que mi nuera se fue a vivir
a otra vivienda, y hace dos semanas que estoy en la calle… no tengo nada”.
Sin embargo por el momento y solo
por unos días puede quedarse en la “casita”, pero debe desocupar ese lugar ya
que según sus palabras ella no puede quedarse allí muchos días más.
“Yo
no tengo trabajo, ahora estoy parando en un ranchito, donde vivía mi ex
nuera; necesito que me ayuden aunque sea
para levantarme un casita, como algunas chapas; o tal vez una cama…” – Imploró Silvia, quien además
explicó: “No tengo ningún tipo de
ingresos económicos, ni planes, ni subsidios”.
Silvia expresó: “Fui a solicitar ayuda a la Delegación
Municipal de la Zona Sur `Carlos Faúl`, frente al Hospital donde me dijeron que no me
pueden ayudar demasiado porque según sus palabras, es un presupuesto… aunque me
dijeron que me ayudarían si es para arreglar la vivienda, pero para levantarme habitaciones no, ni siquiera
con chapas, argumentaron que son caras. Y me dijeron que me vaya a vivir de algún
pariente o que alquiler algún lugar; a lo que yo respondí que para pagar
alquiler tengo que tener un trabajo y en este momento no lo tengo…”
El problema de la vecina se
refiere a que no tiene vivienda, por lo que solicita trabajo para poder
edificar habitaciones o cuartos donde resguardarse. En la actualidad Silvia
convive con su pareja la que precisamente hace cuatro días consiguió un
trabajo, pero necesitan de urgencia materiales para comenzar a construir. Sin
embargo desde la Municipalidad le advirtieron que no podrían ayudarlos ya que
colaborar con materiales para construcción es bastante costoso; aunque si le
ofrecieron ayuda para refaccionar una vivienda, la que aún no posee Silvia. Una
contradicción pasó a ser parte del relato del actual gobierno municipal a la
hora de brindar apoyo a familias de bajos recursos. Por otra parte, se han
recibido quejas de muchos cañadenses que han visto como operativos municipales
suministraban de ladrillos y otros materiales de construcción a muchos vecinos
de la ciudad en tiempos de las últimas elecciones; dejando al descubierto el
accionar clientelista de la actual gestión para perpetuarse en el poder. Hoy ya
pasado el momento electoral, los vecinos ya no son considerados, sin mencionar
el desfinanciamiento que sufren las arcas municipales en nuestros días.
Foto: lugar prestado donde está viviendo hoy Silvia |
Por último la vecina damnificada
llamó a la solidaridad de la gente: “Como
para empezar sería de mucha ayuda si alguien puede ayudarme con chapas, y con
mercadería si se puede; además no tengo cocina ni cama; y si alguien sabe de
cualquier tipo de trabajo sería de gran ayuda; y por supuesto desde ya muchas
gracias a todos”
NO ES UN CASO
AILADO
Como éste se manifestaron centena
de casos similares; en donde vecinos y hasta familias enteras de nuestra
ciudad, se encuentran en pobreza extrema y situación de indigencia; motivo por
el cual se han acercado en busca de ayuda gubernamental a las oficinas de
Promoción Comunitaria y hasta han llegado a entrevistarse con altos
funcionarios del actual gobierno municipal. Las respuestas no varían, y los
hechos sólo se estancan en el dialogo; según el relato oficial, el Municipio no
cuenta con presupuesto para cubrir ese tipo de casos. Ahora el interrogante
podría ser ¿Cuál función actual del área de Promoción Comunitaria? ¿Cuál es el
destino de las partidas en función de asistencia social?
Fuente: El Informe de la Ciudad.
Fotos: Emanuel N. Soverchia
Fuente: El Informe de la Ciudad.
Fotos: Emanuel N. Soverchia
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