Ya nada nos sorprende cuando
hablamos de corrupción; y mucho menos cuando hablamos de corrupción en espacios
políticos o reivindicativos; como lo son gobiernos, instituciones y lo más
doloroso de todo; cuando se trata de
entidades gremiales (sindicatos). La impunidad y el sometimiento de los que
ostentan poder – podríamos llamarlos monstruos – se alimentan de nuestro miedo
y de nuestra incapacidad para resolver de manera soberana los mecanismos que
implementan esos “monstruos” para diezmar a sus conciudadanos – a éstos podríamos
llamarlos según la concepción de los poderosos: “ganado” – porque sólo de esta
manera nos tratan, como ganado. Arriándonos hacía corrales imaginarios para
poder disponer de todo el resto de las cosas.
Los
sindicatos han surgido como consecuencia de las luchas obreras organizadas en
contra de las peripecias patronales y sus sistemas capitalistas opresores; en
nuestro país los más legítimos sindicatos eran socialistas, comunistas y
anarquistas como la FORA y UGT-CORA
(1901-1909); entre otros. Con
ideas revolucionarias, libertarias y honestamente combativas; estos sindicatos,
y sus dirigentes daban la vida por los derechos de los trabajadores combatiendo
verdaderamente al capital. Con el correr del tiempo; la coyuntura histórica de
post-guerra en Europa y los modelos totalitarios; modelos éstos imitados por
algunos líderes de nuestro país; se comenzó la verticalización y
burocratización de los gremios y la cooptación de los sindicatos. Lo que dejó
como resultados la llamada BUROCRACIA
SINDICAL.
Hemos
escuchado mil veces decir por ahí: “Perón,
le dio una oficina a los sindicalistas”; pero: «A principios de 1951 el
diario La Prensa enfrentó un conflicto laboral con el Sindicato de Vendedores
de Diarios, que reclamaba que La Prensa tomara medidas para proteger a los
"canillitas", en muchos casos niños afectados por el abuso laboral y
la explotación. El conflicto se endureció y durante su curso el obrero Roberto
Nuñez fue muerto en el interior del diario La Prensa. La Confederación General
del Trabajo (CGT), aprovechó este nuevo conflicto y exigió la expropiación del
diario. La Cámara de Diputados designó una comisión bicameral que debería tomar
posesión del mismo, ordenando la detención del director, Alberto Gainza Paz,
que ya había abandonado el país. El diputado John William Cooke, perteneciente
al ala izquierda del peronismo, encargado de informar sobre el proyecto sostuvo
que, más allá de las ilegalidades cometidas por La Prensa, se trataba antes que nada de
"un acto revolucionario".16 dicha ley se aprobó el 12 de abril de
1951 haciéndose cargo del mismo la Confederación
General del Trabajo y al Sindicato de Vendedores de Diarios».
Como
vemos; no todo lo que brilla es oro; y todo lo que se dice ser es legítimo, no
siempre lo es. Ya que los sindicatos son agrupaciones que velan por los
derechos de los trabajadores y las reivindicaciones obreras; pero tomar un
diario, expropiarlo y convertir el edificio en un sede sindical aliada al gobierno
de turno; no es un acto revolucionario, sino - tanto como actúan hoy algunos
sindicatos- es un acto de obsecuentes, y tácitamente fascista.
Foto: eldiablosellama.wordpress.com
estos señores en el año1979 me prometieron que si pagaba una cuota sindical me iban a proteger ante algún despido, pero hoy trancurrieron 36 años y necesito que me apollen para cobrar mi premio como jubilada y ya paso 1 año y nolo puedo cobrar
ResponderEliminarjunntemos a estos ladrones y a todos los politicos corruptos y al mar en avion en bote en lo que sea y acomodamos la cosa ninguna duda por que son los que se roban nuestro trabajo
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