Parafraseando
a la legendaria obra del controversial maestro sanjuanino; en una especie de
parodia de su cuestionada “Civilización o Barbarie”, como dicotomía de las
clases y razas; en este caso la dualidad para no decir enfrentamiento, se basa
tácitamente en los intereses de los medios de comunicación.
Por Emanuel N. Soverchia
El
cuarto poder, así llamado por quienes temen a perderlo; es una herramienta
precisa a la hora de informar, criticar y denunciar; pero para aquellos cortos
personajes de la política mercantilista, los gobiernos corruptos y déspotas los
medios son únicamente un aparato de propaganda y personalismo, que denota
evidentemente su frustrados intento de ser líderes a través de la simpatía de
los ciudadanos por absoluto carisma; sino por el clientelismo que los perpetúa
en sus puestos públicos.
Comenzamos
este 2017 con las expectativas de que los trabajadores de prensa,
comunicadores, periodistas, propietarios y directores de los distintos medios
de comunicación de la ciudad tengan como único objetivo la libertad de prensa,
y la libertad de expresión, mancomunando la labor más loable que puede existir,
la de hacer periodismo; pero no propaganda.
No
descartamos que es un trabajo que genera ingresos, para sustentarse y continuar
activo; por el contrario, estamos convencidos que el periodismo debe ser
recompensado con el pago a sus trabajadores, y la sustentabilidad de sus creadores;
pero no compartimos en lo más mínimo, que se utilicen los medios para solventar
los intereses económicos de los grupos políticos, aferrados como garrapatas al
proselitismo más vil. Por eso, este año, enarbolaremos más que nunca la
libertad de prensa como estandarte, repudiaremos más que nunca la persecución a
los periodistas libres; el abuso de poder y las nefastas operaciones mafiosas
del aparato gubernamental, que mancha la tan prestigiosa institución, que no es
nada más ni menos que la representación de los ciudadanos.
Cuando un medio de comunicación
responde en vez de preguntar, cuando se muestra servil y partidista a cualquier
tipo de poder; no se puede llamar periodismo, porque la nobleza del periodista
se basa en la credibilidad, la honestidad, la bondad, la ética y la moral de
las bases del periodismo. De lo contrario sólo podemos esperar de un periodista
obsecuente, no más que propaganda, mentiras y ocultamiento de los hechos
reales.
¡Buen comienzo de año para todos
nuestros lectores, amigos y auspiciantes!
Gracias por darnos alas… y
permitirnos equivocarnos para aprender…
Nota editorial del Periódico Libre "La Imprenta" de Cañada de Gómez - Edición de enero 2017





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