Hace exactamente un año… en
aquel terrorífico 01 de julio de 2016, el estruendo de 4 balazos atravesó
sistemáticamente la noche e impactaron feroces contra mi vivienda. La hora
dibujaba aproximadamente las 03.15 de la
madrugada y mis hijos dormán sin saber que alguien desde las afueras, se despachó
de impartir el encargo despiadado. Mi cuerpo temblaba incontrolablemente, jamás
sentí tal sensación… en esos momentos la muerte abrazaba mi mente. En las primeras horas del día, intentamos
descubrir lo ocurrido y como la quietud de los necios y mi incredulidad, nos
dejó como quien dice “más tranquilos”.
Más
tarde; 4 orificios desnudos sobre la pared de la casa, aparecieron como
fantasmas inmóviles. El vidrio de la ventada de la habitación se perforó por
uno de los impactos, se incrustó en una pared y rebotando contra otra cayó en
los trastos. El resto de tiros rodeó la ventana y los plomos se durmieron en el
cantero del jardín.
La
policía llegó en enseguida pero la justicia aún no encuentra la dirección de mi
casa… El expediente duerme en sosiego en
algún cajón del Ministerio Público de la Acusación de Cañada de Gómez y la
causa la coordina algún asistente del cuerpo judicial, entre el polvo de otros
expediente debajo del mostrador que pisotea cada vez que se acomoda en su
silla.
Aquel
terrorífico 01 de julio del pasado año; la intendenta municipal no estaba en la
ciudad, y su fiel suplemente jamás intentó interiorizarse de lo ocurrido; era
coherente, imposible solidarizarse con un periodista que, con evidencia, denota
las faltas de su gobierno.
¿El
Estado?, bien gracias… pero sigue ausente. ¿El gobierno? ¿Cuál de estos? ¿El
municipal, el departamental, el provincial o el nacional? puro proselitismo y
sonrisa para las fotos.
Todos
los sectores políticos, con excepción de los representantes locales de la
Agrupación por los Derechos Humanos, decidieron ajenarse al tiempo del hecho;
salvo en bellos documentos, declaraciones y pedidos; ninguno de los
funcionarios de turno continuó exigiendo el esclarecimiento y justicia de este
gravísimo delito. Porque no atentaron sólo contra un periodista; intentaron
imponer el miedo; advertir que si alguien habla y descubre los actos
facinerosos del poder…sufre consecuencias.
Cuando
mi familia sufrió este atentado mafioso en las sillas del poder, estaban 4
partidos en el gobierno: El Peronismo
en el gobierno municipal; el Radicalismo
en el gobierno Departamental; El Socialismo
en el gobierno provincial y el Pro
en el gobierno nacional… 4 colores políticos en función, 4 como la cantidad de
balas que se amocharon contra mi casa. Sin embargo, hasta hoy… un año después…
NO QUIEREN DECIRME QUIEN DISPARÓ, QUIÉN ARMÓ EL ATENTADO Y POR QUE SIGUE
SUELTO…
Por Emanuel Soverchia
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