
“Cuándo
mi vida haya terminado… tomen todo de mí… lo que a otros le sirva, para seguir
viviendo y tener una vida más plena… den mis ojos a alguien que jamás haya
visto la aurora. O la cara de un niño o la sonrisa de una madre orgullosa de su
hijo… denle mi corazón a alguien cuyo propio corazón le ha causado
interminables días de dolor… den mi sangre… así adolecentes que haya resultado
mal herido en un accidente; una mamá lo espera… de manera que con mi ayuda
pueda ver la corrida de su madre… y en un futuro ver jugar a sus nietos …den
mis riñones a un enfermo que hoy dependa de una máquina para sobrevivir ...tomen
mis huesos. Cada músculo, cada fibra y nervios de mi cuerpo y encuentren la
manera de hacer que pueda caminar un niño impedido. Y si queda algo que enterrar
que sean mis pecados... debilidades…mis prejuicio contra mis semejantes… entreguen
mi alma a Dios... si hacen todo lo que les pido… viviré siempre no lo duden…”
María Taverna
A CONTINUACIÓN LA CARTA DEL CUDAIO A LA FAMILIA DE BENJAMÍN:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario... bienvenido a nuestro sitio... te esperemos pronto... y seguimos en contacto.