El hecho se produjo durante la
madrugada del día 11 de marzo pasado, en el marco del pre inicio de las clases,
cuando en los muros exteriores del edificio perteneciente al Instituto “José
Razetto” de Cañada de Gómez, ubicado sobre la intersección de calles Necochea,
San Martín y Bv Centenario, se realizaron varios pintadas con mensajes de
carácter ideológico.
El
11 de marzo a las 20:22 horas, la institución escolar publicó en las redes
sociales el siguiente comunicado textual:
«En la madrugada
del día de la fecha, previo al inicio de clases, personas desconocidas atacaron
salvajemente las instalaciones del establecimiento escolar del Instituto “José
Razetto”.
Tal como dan cuenta
las fotografías que se adjuntan, se produjeron importantes daños en la parte
exterior del edificio.
Bombas de huevos y
vidrios sobre los tapiales recientemente pintados del Jardín de Infantes,
insultos y leyendas a favor del aborto sobre los tapiales y el muro de la
Capilla del “Sagrado Corazón”, además de roturas de vidrios en la sala de
maestras del nivel primario y en el atrio de la Capilla.
Se están analizando
las imágenes de las cámaras de seguridad de todo el perímetro a efectos de
identificar a los responsables y tomar las acciones legales que por derecho
correspondan».
En las
fotografías también compartidas por la entidad religiosa, se puede ver que la
intención de los mensajes va dirigida directamente hacia el establecimiento con
una carga tendenciosa, por su condición católica y además la asociación del
colegio con una determinada clase social. Pues en los mensajes escritos sobre
los muros del establecimiento puede leerse frases como “Aborto legal”, “Racheto Puto”, insultos y daños
generales en placas, puertas, ventanas y paredes del edificio.
Este tipo
vandalismo, muchas veces se lo asocia a jóvenes de otros colegios en virtud de
las clásicas disputas entre distintos colegios de la ciudad; sin embargo cuando
antaño esto no era más que canticos y burlas entre los alumnos, en los últimos años
se habría trasformado en un descontrol que preocupa a las comunidades educativas
de los colegios, y por supuesto a los vecinos. No se trata ya de cantos o cargadas,
sino el tono de violencia y actos vandálicos son moneda corriente en las horas
previas al inicio de clases y muchas veces durante todo el trascurso lectivo.
Por último,
vale la pena destacar, que más allá de las creencias religiosas, los sistemas ideológicos
y las posturas políticas de cada uno, el análisis sobre este tipo de hechos, no
podemos mencionarlo de otra forma, más que como un acto repudiable, violento y
de muy mal gusto; pues habla de la falta de educación, la falta de empatía, la
escases del respeto mutuo y el poco sentido de comunidad de quienes cometieron
esta acción.
Nuestra solidaridad con la institución.
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