martes, 5 de marzo de 2019

“CIGARRERÍA ITALIANA” (Cañada de Gómez, año 1927)

¿Quién no ha visto alguna vez esta imagen, sobre todo en los pueblos y colonias de Santa Fe? Esta maravillosa fotografía ha conservado un instante para siempre, con tantos detalles y costumbres que yacen ahí, que para nosotros es un deleite observarla.

En primer lugar la típica familia inmigrante (en este caso, italianos), posando orgullosos -y vestidos para la ocasión- en la puerta de su negocio, la “Cigarrería Italiana” (ventas por mayor y menor, ¡bazar y librería también!) en Cañada de Gómez, no muy lejos de Santa Fe. Podemos leer en el cartel que es propiedad de “Virginio Partelli”, pero no sabemos si es el hombre que posa en el frente.
Las publicidades en el frente de la cigarrería nos dan una idea de las costumbres de la época: arriba en el cartel principal reza “La gente chic fuma Reina Victoria”, conocido lema de esta marca de cigarrillos que, aunque tenía un valor popular de 30 centavos, sus publicidades siempre estaban dirigidas a los fumadores de mayor poder adquisitivo. Los “Reina Victoria” fueron los cigarrillos de la gente culta y refinada. Los cigarrillos del atado venían envueltos en papel de estaño para conservar la frescura y la fragancia del tabaco.


Los dos carteles enmarcando la puerta de ingreso empujan con el “Fumen Avanti”, los famosos toscanos “Avanti” muy populares en Italia y que a principios de siglo comenzaron a ser fabricados en Argentina en forma totalmente artesanal. Se vendían los envases conteniendo dos toscanos, al toscano original se lo cortaba por el centro, justo donde estaba la etiqueta y se disponía de dos mitades, en condiciones de ser fumadas. Esta marca de cigarros llegó a ser la más famosa del país. A la promoción del tradicional toscano era frecuente verla en murales y en los tranvías y era habitual encontrar personas fumando un “Avanti”. En los bares, el “Avanti” integraba el aroma dominante, mezclado con el vaho del alcohol durante las interminables partidas de truco o de tute. Los carreros arengaban a los percherones sin sacarse el toscano de la boca. Los vendedores ambulantes como fruteros, pescadores o maniseros, siempre llevaban el toscano, encendido o apagado, durante sus tareas. La popularidad de este cigarro estaba muy extendida, máxime si se tiene en cuenta que en la década del 30, el consumo anual era de 70 millones, elaborados principalmente con tabaco Criollo Misionero. Los que fumaban cigarrillos preferían el tabaco negro sin filtro, ya que el tabaco rubio aún no había alcanzado popularidad. La inclinación hacia los toscanos comenzó a declinar en la década de 1950, dando lugar al consumo de cigarrillos rubios. Como consecuencia de ello, la empresa cerró sus puertas en el año 1958. Los cigarros “Avanti” fueron durante más de medio siglo, los toscanos más populares (por lo económico) en Argentina.

El gran cartel de “Cigarrillos 43”, a la izquierda de la fotografía, promociona la venta hacia un sector más popular, dado su valor de 20 y 30 centavos. Netamente argentinos, debe su nombre a una expresión bursátil de la época al referirse al número de corredores habilitados (42) y al grito de “¡43!” que alertaba la presencia de un intruso. Siendo un “lujo de primera necesidad” se lo promocionaba para "brindar compañía en la soledad", situación muy común en las largas travesías en carretas o carruajes y ni que hablar al cruzar los mares. Los “43” identificaban el gusto, el sabor y el aroma del cigarrillo argentino. Los “43” eran cigarrillos 100% de tabaco negro, es así que salen a la venta en los ‘60 los “43/70”, respetando el nombre original pero agregando el nro. 70 que hacía alusión al porcentaje de la mezcla, ya que los “43/70” eran una mezcla con el 30% de tabacos Virginia, (rubios) y el 70% restante tabaco negro, lo que les confería ese sabor más suave que hizo famoso al “43/70”.
Un cartelito más chico promociona necesidades más terrenales con las “Píldoras de la Vida del Dr. Ross”, y que más allá de frases grandilocuentes como “verdaderamente deleitosa y que siempre resulta sobresaliente en bondad”, no dejaban de ser un laxante…

Finalmente, sendos afiches promocionan obras en el teatro Cervantes (para su reinauguración, suponemos, dado la palabra “debut” que alcanzamos a leer, ocurrida el 09 de octubre de 1926) y otro más grande y a la derecha de la fotografía para el teatro Verdi, donde se alcanza a ver el año 1927 (en este caso, inaugurado el 14 de febrero de 1925).

Prestando atención al entorno, las calles de tierra con las cunetas al costado, la vereda de piso de ladrillos, el auto circulando a lo lejos, el arbolado tan típico de esos años (son paraísos, ya que eran los únicos a los que las mangas de langostas no devoraban, dado el veneno natural que contienen sus hojas y frutos).
Para lo último dejamos el detalle que más nos encantó de esta belleza, y es el niño que podemos ver a la izquierda, observando embelesado la vidriera del negocio, seguramente llena de tesoros…
¿Tal vez gente amiga de Cañada de Gómez nos pueda contar algo más de la fotografía?

Fotografía: Archivo SFA.
Fuente: www.facebook.com/santafeantiguo

La Imprenta se comunicó con integrantes de Santa Fe Antiguo (S.F.A.);  y en diálogo con Marcelo Allassia, administrador de la entidad, nos proporcionó a nuestro medio el riquísimo material histórico para esta publicación, incluida la fotografía.

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