Es
una de las frases que repite Norma Cabrera cuando se le pregunta cómo se
siente. Su cuerpo está siendo diezmado cada día por las intoxicaciones de las
fumigaciones aprobadas por un gobierno que no le importa la vida de sus
ciudadanos. Hablamos con esta joven mujer que se convirtió sin quererlo en la
imagen del martirio por causa de la impunidad de los poderosos.
Por
Emanuel N. Soverchia
“Con el tema de las
fumigaciones frente a mi casa, dejaron los 150 metros sin fumigar y pusieron
postes y movieron con tractor subsolador. Con respecto a mi causa en la
justicia va todo muy bien, sólo faltan algunos detalles sobre información…” - expresó Norma cabrera tras dialogar
con La Imprenta sobre cómo sigue su caso ante las denuncias realizadas.
La vecina fumigada
comentó además que “Este productor agropecuario respeta los 150 metros nada más; pero yo
nunca vi banderilleros ni nunca vi a un ingeniero; ni tampoco vino a hablar
conmigo nadie… esas no son buenas prácticas, son asesinos”.
“Esta foto es mi
vida, me levanto mal, brotada completa, mi pierna no me responde…vivo dolorida
y más la tierra movida, ese vapor y el aire del norte; me están desgastando mi
vida por las fumigaciones” – cuenta
a La Imprenta Norma sobre la
fotografía que se ve ella caminando delante del cartel de Paren de Fumigarnos
con su cuerpo maltrecho por las intoxicaciones.
Cabrera se lamenta
de no poder hacer sus laborales en su huerta y habla del olvido de parte de las
autoridades locales.
“Mis animales…
tengo 20 gallinas y las ovejas se están componiendo, tuvimos que vacunarlas. Y
mi huerta está ahí…sólo pasto. Mi situación económica está muy difícil; ya no
tengo más ingresos, yo antes podía
trabajar, ahora no y no tengo apoyo del Municipio; nadie vino a casa a ver como
estoy; ni un medio de cañada… siempre vos estas…” – expresó Norma a nuestro medio,
quien además dijo: “tengo vecinos que ahora hablan de las fumigaciones porque se dan
cuenta que nos afecta nuestras vidas; hay muchos casos en Cañada y en los
pueblos de alrededor”.
Norma lamenta que
el departamento Ejecutivo no le importe la vida de los cañadenses y lo expone
diciendo que “es una pena que la intendenta no entienda que ella es que nosotros; yo
tengo el apoyo de mi familia, mi marido y mis hijos, y de la ONG (Paren de
Fumigarnos) y el abogado Colombo y todos los compañeros; nada más; quienes me
ayudaron económicamente; pero el Municipio sólo me dio dos pasajes cuando viaje a Rosario hace unos días…”
Y por último
Cabrera, manifestó su visión sobre el futuro de su lucha, la vecina afectada
por los agrotóxicos utilizados indiscriminadamente dijo que “vamos a seguir denunciando
porque estos 150 metros a mí no me sirven porque nos siguen fumigando, nos
siguen matando… acá gane quien gane no queremos más agrotóxicos, no queremos más
fumigaciones; que Cañada de Gómez sea libre de todo estos venenos, que se haga
justicia… yo perdí todo y esta persona sigue fumigando”.
Reflexión final
Norma
Cabrera, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la utilización indiscriminada
de agrotóxicos en las zonas urbanas de la ciudad; casi una mártir en soledad,
ofreciendo como si fuera una ofrenda a los dioses de la impunidad. Un gobierno
local que prefiere los negocios personales, una oposición que mira para otro
lado, y una comunidad que no está informada; se trasformaron para Norma, en una
condena. Esperemos que esta vecina, no haya estigmatizado su cuerpo en vano y
que quienes tengo la obligación de intervenir, sea del color político que sea,
pertenezca al partido que sea o trabaje para el gobierno que sea… salven a esta
mujer y a todos los cañadenses de este envenenamiento innecesario. Ellos tienen
el poder de hacer, nosotros el de elegirlos.
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