domingo, 11 de agosto de 2013

LA ASAMBLEA PERMANENTE POR EL CONTROL DE LA INUNDACIÓN HOMENAJEÓ A LAS VÍCTIMAS

Domingo 25 de noviembre de 2012


El pasado 22 de noviembre se cumplieron 12 años de la última y fatal inundación que azotó gran parte nuestra ciudad, precisamente la zona sur. Dejando muertos y barrios enteros devastados como resultado de una tragedia que pudo haberse evitado.

Por Emanuel N. Soverchia

La tarde del 22 de noviembre de 2000 yacía tranquila bajo el sol, de pronto se aventuraba una tormenta que poco advertía lo que ocurría en minutos. Comenzaba a llover y de pronto fue torrencial, un aluvión espeso barroso se aproximaba desde oeste de la ciudad, circulando por calle Sargento Cabral a gran velocidad , trayendo consigo lo que a su paso arremetía, el arroyo se saturó y desbordó de un momento a otro; a causa de la desidia de una obra sin terminar, puesto que las escavadotas habían amontonado la tierra del dragado sobre las orillas de la cuenca y esto resultó formar un muro de barro que no permitía el paso del agua hacia el arroyo, lo que logró un rebote de la misma desembocando sobre los barrios arrollando los hogares cañadenses.

“El agua se desplazaba por las calles de la ciudad con una velocidad de río de montaña” – argumenta Susana Masa miembro de la A.P.C.I. (Asamblea Permanente por el Control de Inundación)
Continua Susana: “Así como llegó rápidamente, también rápidamente se dispersó… fue una catástrofe”

Días antes de la tragedia un grupo de vecinos reunidos, al ver una anterior inundación menor, convocaban a los ingenieros responsables que coordinaban la obra (dragado de la cuenca del arroyo) advirtiéndoles que dicha labor no daría resultado porque el ensanchamiento de la cuenca del arroyo no tenía drenaje a la salida de la ciudad; en caso de fuertes lluvias, la zona quedaría bajo agua. Se les hizo caso omiso a los vecinos y se siguió el trabajo. Por aquellos años Abate era intendente en nuestra ciudad.
El resultado fue la devastación de hogares, perdidas materiales incalculables y víctimas fatales, entre éstas la de una niña de 8 años, la cual su mamá la sostuvo de la mano hasta el momento en que el agua la arrastró a su fauces. Y la de un vecino que había quedado varado en medio de la corriente pidiendo rescate hasta que se vehiculo volcó y quedó atrapado debajo de éste, murió ahogado, sus últimos minutos fueron filmados por las cámaras noticiero local.

- “Antes de la inundación del 22  una lluvia común dejó los barrios del Sur como  una gran pileta, por eso advertimos a los ingenieros que la obra no daría resultado” – comenta Susana a El Informe.

Inmediatamente comienzan los rescates y evacuaciones, se advierte que los equipos de salvación eran precarios pero la comunidad se puso al servicio de las victimas. El operativo desde las autoridades, vecinos y funcionarios duró días. El agua tomó dimensiones de hasta casi 2 metros de altura cubriendo casi por completos las viviendas.

 A consecuencia de  lo ocurrido se forma la A.P.C.I. (Asamblea Permanente por el Control de Inundación), funcionaba su sede en el local de la Vecinal 17 de Agosto, donde se conformó una mesa directiva  pero sin liderazgo, las actividades a seguir, se coordinaban de manera lineal, dicha asamblea llegó a tener hasta 300 miembros. La cual comenzó a recorrer los barrios diezmados y organizar las marchas mensuales en reclamo de respuestas. Los medios de comunicación de todo el país se hicieron presentes, entre éstos El País del Litoral y Clarín. Tomando una repercusión a nivel nacional rápidamente. El presidente de turno de la Nación, Fernando De La Rua, visitó la ciudad y recorre las zonas afectadas aportando  $ 3.000.000 y el Gobernado de la Provincia de Santa Fe, Carlos Reutemann colaboró con  $ 500.000. La asamblea decidió cortar los accesos a la zona sur, porque algunas personas se acercaban en automóviles solo por curiosidad y esto entorpecía el trabajo de los rescatistas y la noche comenzaba a caer, lo cual resultaría peligroso para las evacuaciones. Solo pasaban los vehículos de salvación y salud. Se crea paralelamente al APCI, un Comité de Crisis en el Municipio cuya dirección no permitía la intervención para el Control de las donaciones a esta entidad auto convocada por vecinos afectados. Y muchas de las donaciones fueran entregadas a las victimas por presión de la APCI, puesto que las autoridades muchas veces se negaban a darlas.
El dinero tuvo un destino desolador; se repartió a los vecinos de manera que cada vivienda obtuvo $ 500, y la mala administración de estas resoluciones llevó  hasta casi la desintegración de la organización.

- “Ese dinero trajo discordia entre los vecinos, nos dividió…” – se lamenta Susana.
Continua: - “Todos los años aunque seamos pocos, estamos presentes en un acto conmemorativo”

No conformes con esto los vecinos cortaron la Ruta Nacional  9 desde Calle Marconi hasta el cruce de las vías del ferrocarril; nacía así el movimiento piquetero de Cañada de Gómez. Gendarmería se hizo presente para amedrentar la medida. El corte duró días.
Hoy la APCI está cada vez más sola, formada por 2 o 3 de aquellos primeros 300 miembros que fundaron la organización barrial, ellos, quienes aún siguen presentes frente a la placa que se erige bajo la sombra de un “palo borracho”, detrás de la Escuela Municipal Pedro Reün, siguen marchando y homenajeando a las víctimas de la más trágica Inundación para que Cañada de Gómez no olvide que todos juntos podemos ser fuertes frente a la adversidad de la desidia y que aquella tragedia pudo haberse evitado.

Fuente: Periódico El Informe de la Ciudad - Cañada de Gómez

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