A partir de la denuncia de una vecina
referida a la intervención quirúrgica que recibió su mascota, comenzaron a
surgir otros reclamos. Se descubrió que el supuesto anestesista no sería
profesional idóneo.
Por
Emanuel N. Soverchia
Simón es un caniche de tres años
y pertenece a una familia cañadense. Era un perro normal hasta que vivó una
situación delicada luego de ser intervenido en el Quirófano Móvil Municipal,
ubicado en aquella oportunidad en el SUM del Parque Municipal. “Simón era un perro normal, te daba vuelta la
casa, teníamos que llamarle la atención a cada rato, no se quedaba quieto hasta
el 9 de febrero que decidimos castrarlo. Desde ese día la cambió la vida un 100
%, la idea de castrarlo nació de mí… por eso que dicen que al castrarlo se
calmaría… muy mala decisión de mi parte” comenzó a relatar Ricardo dueño
del canino.
Continuó: “aparentemente cuando lo castran contrae una infección que se le
instala en la sangre, afectándole el hígado y como se ve en las fotos así quedó
Simón ahora”.
Las imágenes que tomó la familia
en un principio y luego nuestro medio pueden verse en las condiciones que
continúa el perro. Lo más destacado es ver sus bolsas escrotales aún colgando
de su cuerpo luego de tanto tiempo de la operación.
“Las bolsas
(escrotales) se secaron, y aunque este proceso debe suceder, pero ya deberían
haber caído, aún están ahí, colgando del cuerpo Simón” dijo Ricardo.
“El perro nos lo
entregaron bien, estaba dormido por el tema de la anestesia. Lo trajimos a
casa, le dimos agua con azúcar como nos dijeron a las dos o tres horas y
después comenzó a andar pero ya al otro día empezó a lamerse la herida y le
aparece un puntito blanco. Al siguiente empezó a vomitar coágulos de sangre,
entonces lo llevamos enseguida al veterinario donde nos confirma de la
infección”
añadió Lorena, esposa de Ricardo.
“El veterinario nos
preguntó que le había pasado al perro, cuando le comentamos, me dijo: `te
arruinaron el perro´ y me dijo que se lo llevara a los responsables, pero yo no
quise llevarlo porque ya habían cometido bastantes errores así que le pedí que
me lo atienda mi veterinario y ya van 45 días de tratamiento, esta infección lo
afectó neurológicamente a Simón y llevará tiempo su rehabilitación completa… el primer mes era llorar todos
los días”explicó
el dueño del canino.
Camila, hija de Ricardo y Lorena,
nos describió su sentimiento sobre lo ocurrido: “la verdad que fue mala praxis, porque el virus no entró solo al cuerpo
de Simón, tuvo que haber entrado a través de instrumentación o algo que
hicieron mal ellos (personal del Quirófano Móvil)”.
La familia se mostró arrepentida
de la decisión de realizar la intención quirúrgica en el Quirófano Móvil
Municipal: “lo que más nos molesta es que
nadie se acercó, y sabemos que todos ellos sabían el problema que contrajo
Simón. No queremos que nos solventen gastos ni nada de eso, solo quiero que me
pidan disculpas por lo que hicieron”.
Prosiguió Ricardo: “hace dos meses que no tenemos vida, mañana y tarde llevando el perro al
veterinario. A las cuatro de la mañana me levanto, lo saco al patio porque
tengo que acompañarlo a que hagas sus necesidades porque no puede moverse, le
doy el Ensure (vitamina nutritiva para los huesos), luego lo acuesto para que
duerma. A las siete de la mañana hago la misma rutina y a las nueve comenzamos
con el tratamiento de protectores hepáticos, estimulantes para que coma, así
desde hace 45 días”.
Ellos (personal
municipal del Quirófano) a los dos o tres días luego de la operación tienen que
llamarte para un seguimiento, a mí nunca me llamaron. Nosotros no queremos
nada, solo advertir que tengan cuidado para que a otras familias no le pase lo
mismo, porque para nosotros son hijos” expresó Lorena.
NI VETERINARIO NI
ANESTESISTA
Anabel, otra vecina de nuestra ciudad, nos describió su propia
experiencia luego de que su mascota fuera intervenida quirúrgicamente en el
Quirófano Móvil Municipal. También hizo referencia que quien está como
encargado de aplicar anestesia a los animales no es profesional en el rubro: “Llevé hace 20 días a castrar a mi perra en
la Escuela Pedro Reün, en el Quirófano me llamó la atención que la persona que anestesiaba yo sabía que era
empleado municipal, no veterinario. Estando ahí anestesian a un gatito, estando
mi perra dentro del quirófano lo llaman al dueño que se había descompensado el
gatito. Esa misma persona (supuesto anestesista) me llama que mi perra ya
estaba lista, me la llevo, estuvo dos días sin comer, con fiebre y al otro día
se le abrieron los puntos. Gracias a Dios ya está bien. Ahora por Facebook me
entere que el gatito falleció...que otro perrito está muy enfermo porque se le
instaló un virus en el hígado por mala praxis y muchos casos más”.
Fuente: El Informe de la Ciudad
Fotos: Emanuel N. Soverchia
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